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“Progreso” es una palabra difícil, y más para un país que tantas veces se ha ahogado en el inútil uso de las palabras en discursos llenos de vacías promesas. La esperanza se sostiene sobre un hilo muy delgado y aquellos que no han perdido la motivación siguen dando pasos que rodeen ese hilo de nuevas hebras que lo fortalezcan. En la Fundación San Bernardino no paramos de caminar. Sabemos que la oportunidad de construir ese futuro que tanto anhelamos está en reconocer las riquezas que poseemos para saber aprovecharlas.
En la búsqueda por separarnos de una economía rentista y dejar atrás la dependencia del petróleo, el gobierno ha presentado una serie de propuestas para aprovechar el 
potencial de ciertas áreas de Caracas que poseen los recursos y herramientas necesarias para impulsar la economía del país. Las mismas gozarán de una serie de beneficios gubernamentales y legales que permitirán su desarrollo orgánico. Las mismas son respaldadas por la Gaceta Oficial número 6.170 que entró en vigencia en el 2014, tal tiene por tiene por objeto la creación, organización y administración, además de incentivos económicos, para garantizar el encadenamiento productivo de tales espacios.
Este año Nicolás Maduro hizo el anuncio de cinco zonas económicas especiales enfocadas en el sector del turismo, una actividad en la que Venezuela se destaca por su alta diversidad geográfica y presencia de fenómenos naturales únicos en el mundo, además de un arraigo a la naturaleza que es una esencia importante de su cultura. Pero estos aspectos no son los únicos en los que resalta nuestro país, el talento humano que se ha desarrollado dentro de sus límites también han sido una bandera de orgullo que se ha levantado en nuestra historia. Las instituciones que se han construído sobre el suelo venezolano son reflejo de ese talento, universidades que se han convertido en patrimonios de la humanidad, estructuras artísticas que se han convertido en símbolos de la esencia venezolano y urbanismos arquitectónicos con la historia de Venezuela entre sus calles. Uno de ellos es la parroquia San Bernardino, donde se reúne uno de los más grandes potenciales de Caracas.
San Bernardino es el centro urbano que reúne la mayor cantidad de instituciones prestadoras de servicios de salud en el país además de tener una tradición histórica de más de 80 años dedicados a la atención médica en Caracas. Además de eso, la parroquia ha sido hogar de figuras emblemáticas de nuestra historia, como lo fueron Conny Mendez o la actriz Virginia Urdaneta; tiene una influencia significativa en las dimensiones económicas, sociales y culturales, y al lindar con las laderas del Ávila tiene una relación importante con la montaña de nuestra ciudad. Sus áreas naturales, sus instituciones médicas y su valor histórico tienen el potencial de representar un impulsor en la economía de la ciudad.
Bajo esa premisa existe nuestra Fundación que pretende ir de la mano con San Bernardino 
como una Zona Económica Especial para focalizar la especialización sectorial, potenciar un sólido plan de inversiones que incida directamente en la capacidad económica y fortalecer la prestación de servicios con una organización que nos lleve hacia ese progreso que tanto necesitamos. Aprovechar las ventajas que nos ofrece este conjunto urbano representa una oportunidad favorable que no podemos pasar por alto.
El valor más grande de San Bernardino es el de la resiliencia de sus habitantes que comprometidos con su comunidad cada día se levantan sabiendo que bajo sus pies se construye el futuro que necesitamos los venezolanos. “Progreso” es una palabra difícil cuando brota de bocas pestilentes, pero es una certeza cuando se lleva en los zapatos. Todavía queda mucho por reconstruir, pero Venezuela es un país por el que vale la pena seguir caminando.